miércoles, 30 de mayo de 2012

OPINION / Periodismo


CARRIOPERIODISMO


Agradezco a dios, al destino - o quien sea como se llame - el poder haber llegado a vivir este momento en el cual los periodistas que opinan, editorializan y bajan línea sobre política ya no son intelectual ni ideológicamente “intocables”.


Jorge Lanata constituye un perfecto ejemplo de lo que quiero decir: durante la nunca   bien ponderada década del 90, don Jorge podía decir y juzgar a diestra y siniestra y buena parte de la gente – entre los que me incluyo – solíamos coincidir en varias cuestiones con él. No se me/nos ocurría, o nos parecía al menos desubicado preguntar cosas tales como “¿y para vos como es?” ¿y vos que sos políticamente?” “¿Cuál es tu ideología?” “¿preferís algún partido político o sos anarquista?”, preguntas que podría resumirse en “¿Cuál es tu idea de país?”. Otros periodistas como él opinaban “objetivamente” como si fuesen “un pedazo de atmósfera” (Peralta Ramos dixit) o una hectárea de selva: “neutrales”, “apolíticos” por naturaleza. Dichos comunicadores se erigían como una suerte de portavoces del “sentido común” y por lo tanto, incuestionables. Claro, con el menemismo en el gobierno y en pleno auge de la globalización derechista no había que hacer/decir demasiado para constituirse en un emulo del Che Guevara, pobre, dios o Marx lo tengan en la gloria.     

Pero llegó nuevo siglo y con el arribaron los K y estos se jugaron a aplicar una serie de medidas prácticamente inéditas – algunas de ellas de indudable cuño progresista - orientadas a reordenar el estado y la economía: resolución de la deuda eterna, traspaso de los fondos de las AFJP al estado, Subsidio universal por hijo, revolucionaria política de derechos humanos,  una nueva Ley de medios, la nacionalización de YPF, entre tantas otras – y entonces ardió troya, troyita y el barrio entero. Sucede que la Acción Política concreta obliga per se a tomar posición - lo que necesariamente no implica ir corriendo a afiliarse a un partido político -, obliga al “estoy de acuerdo con esto” y/o bien “no estoy de acuerdo con lo otro”. Y aquí es donde surgió el verdadero problema para dichos opinadores: verse obligados de algún modo a tener que practicar el llamado “apoyo critico”, lo que implica, en caso de hacerlo, ejercer una buena dosis de honestidad intelectual. 

Me cuesta creer que algunos periodistas de enfoque “progresista” nieguen de plano cualquiera de las medidas-acciones políticas enumeradas más arriba y se encolumnen alegremente en una oposición cerrada, caníbal, a todo lo que huela a la actual administración de gobierno. O sea, no me sorprende viniendo de un Mariano Grondona o alguno por el estilo; pero si de otros que, antes de las administraciones kirchneristas, pedían varias de las medidas que este gobierno tomó.    


Que el actual gobierno ha cometido errores y agachadas, es algo que a mi criterio no puede negarse: basta tener a mano la política de transporte, los trenes concretamente, o la cuestión minera, solo por enumerar algunas. También está el tan mentado “estilo K” que no agrada a muchos, entre los cuales me incluyo. Pero creo que una cosa no quita la otra. Se puede estar de acuerdo con algunas medidas tomadas y criticar otras que consideren erróneas o perjudiciales; se puede criticar duramente el estilo pero confundirlo con la acción política es un acto de estupidez o mala fe.  Ahora que si estás en la vereda de enfrente y no te bancas nada de los K  estas en todo tu derecho, ¿pero cuando te equivocaste, antes o ahora?      

La disyuntiva entre periodismo militante Vs. periodismo independiente es, por lo menos, falsa. Voy a explicarme: si entendemos por periodismo militante a profesionales que reciben dinero del gobierno y el consiguiente espacio en algunos medios para hablar a favor del mismo sin ejercer el menor atisbo de crítica, a eso en mi época se los llamaba periodistas mercenarios. En cuanto al periodismo independiente me atrevo a preguntar ¿Cuántos medios independientes conocen ustedes? Entiendo por medios independientes aquellos que fueron forjados por periodistas alejados de intereses empresariales ajenos a la propia función periodística, lo que en una época eran conocidos como diarios de la familia tal; por supuesto, dicha familia no debía estar vinculada a ningún sector económico empresarial. Ese periodismo a esta altura del partido solo puede darse aisladamente y de existir, suelen ser medios pequeños. ¿Puede llamarse periodismo “independiente” a medios controlados por un holding empresario que apila licencias mediáticas como corbatas? Y no me estoy refiriendo solo a Clarín, sino a tantísimos otros, los más importantes, los de mayor llegada. Si los medios son propiedad de empresarios con diversos intereses en varias ramas de la economía ¿de que periodismo independiente hablamos? ¿En los medios privados está la libertad, como afirma algunos periodistas? No me hagan reír que me estoy afeitando con una hoja de La nación.           

Entonces, la dicotomía actual (y en realidad la de siempre) es periodismo honesto Vs. periodismo mercenario. Por otra parte ¿Qué tiene de malo que un periodista adhiera a un gobierno si coincide con sus convicciones? ¿Por qué estaría mal que un periodista confiese su filiación política si es que la tiene? No existe la falta de ideas políticas o la falta de una ideología en los periodistas que opinan, aunque algunos comunicadores le esquiven al bulto.    

No tengo problemas con aquellos periodistas o programas que van de frente, como es el caso de 6,7 y 8, lo que no implica que necesariamente comparta todo lo que allí se dice. En todo caso se a que atenerme. Pero me resisto a comprar la carne podrida, el contrabando ideológico de aquellos comunicadores “objetivos” e “independientes” del lado que sea, que bajan su envenenada línea desde empresas que poseen medios que solo son independientes de la honestidad intelectual; lobbistas que dicen opinar desinteresadamente cuando alquilaron su inteligencia a quienes se mostraron dispuestos a comprarlos. Periodistas, analistas de la realidad, y hasta “filósofos”, opinologos duros que expresan claramente sus ideas a través de los diversos formatos pero que curiosamente omiten decir al pie de sus notas a que líder o partido político adhieren.

Lilita Carrió irrumpió en la política grande corriendo por izquierda al menemismo y a la alianza. Si bien de pasado radical, rompió con su partido y rápidamente se convirtió en un referente de la denominada corriente progresista. En su momento eso le valió un rápido ascenso en las encuestas y los votos. Pero cuando el gobierno de Néstor Kirchner empezó a tomar medidas, algunas de las cuales curiosamente ella había propuesto anteriormente, se pasó con armas y bagages a la derecha, convirtiéndose en una de las principales opositoras a las medidas adoptadas por el kirchnerismo. Esta solapada aunque no por ello menos escandalosa - voltereta política no fue debidamente anunciada por ella en ningún momento, pero la gente tomo buena cuenta de su travestismo al castigarla mediante las urnas, al punto que apenas si queda la sombra de lo que alguna vez supo ser.
Y no puedo evitar comparar esto con el caso Lanata.      

domingo, 27 de mayo de 2012

AUDIO RADIO / Un poco de historia

EUGENE- FRANCOIS VIDOQ
 



Wikipedia abre así la referencia a este curioso personaje: “Eugène-François Vidocq (23 de julio de 1775 – 11 de mayo de 1857) fue el primer director de la Sûreté Nationale ('Seguridad Nacional') y uno de los primeros investigadores privados. La figura de Vidocq, que tuvo un pasado delictivo, inspiró a Victor Hugo para los dos personajes principales de la novela Los miserables.” Pero si querés saber un poco más acerca de él, escuchá lo que sigue…



Estrenos cinematográficos jueves 24-05-2012





El puerto (Le Havre, Francia-Finlandia/2011). Guión y dirección: Aki Kaurismäki. Con André Wilms, Kati Outinen, Jean-Pierre Darroussin, Jean-Pierre Léaud, Pierre Étaix y Little Bob. Distribuidora: Alfa Films. Duración: 93 minutos. Apta para todo público. Salas: 11.

   



Película dirigida por el finlandés Aki Kaurismäki (El hombre sin pasado; Luces al atardecer) y rodada en Francia, que trata acerca de un hombre que en un momento de su vida fue un exitoso escritor hasta que se hartó de todo lo que estaba haciendo y se muda a una pequeña ciudad frente al mar, se casa y decide ganarse la vida como  lustrabotas. Este hombre, si bien vive con lo justo y en un barrio obrero, encuentra la felicidad en esa pequeña comunidad; pero un día aparece en su vida un adolescente inmigrante ilegal - que es perseguido como si se tratara de un feroz delincuente – lo que constituye tremendo delito en Francia, al menos – y este hombre decide ayudarlo, por lo que queda en la mira de las autoridades.

Estamos ante una bella película, tanto desde lo formal como desde el guión; un film con un profundo sentido humanista; una historia acerca de la condición humana; aunque está muy lejos de ser una película oscura o depresiva: por el contrario, tiene un lucido sentido del humor y por supuesto, critica social de la buena. Viéndola, uno confirma aquello de “ningún ser humano es ilegal”.





Hombres de negro 3 (Men in black 3, EE.UU./2012) / Dirección: Barry Sonnenfeld / Guió:n Etan Cohen, David Koepp, Jeff Nathanson, Michael Soccio, basado en el comic de Lowell Cunningham / Elenco. Will Smith, Tommy Lee Jones, Josh Brolin, Emma Thompson / Distribuidora: Sony Pictures / Duración: 105 minutos / Calificación: Apta mayores de 13 años. 

  


Tercera parte en 3D de esta saga de ciencia ficción y comedia que se inició en 1997, protagonizada por Tommy Lee Jones y Will Smith, en esta oportunidad acompañados por Josh Brolin y Emma Thompson. Como siempre, gags efectivos, mucha ironía y deslumbrantes efectos especiales. La historia en esta ocasión viene de viajes en el tiempo (concretamente a la década del ´60) pero más no quiero adelantarles para no aguarles la fiesta, aunque créanme que se trata de una película por demás entretenida. Si les gustaron las entregas anteriores no pueden perderse esta tercera parte.





El exótico hotel Marigold (The Best Exotic Marigold Hotel, Gran Bretaña-2012). Dirección: John Madden. Con Maggie Smith, Bill Nighy, Judi Dench. Tom Wilkinson, Dev Patel, Penelope Wilton. Guión: Ol Parker. Distribuidora: Fox. Apta para mayores de 13 años. Duración: 124 minutos.





Comedia británica cuyo elenco está constituido por algunos de los más célebres actores ingleses contemporáneos, a saber: Maggie Smith, Bill night, Judi Dench, Tom Wilkinson y Penelope Wilton. La historia trata acerca de un grupo de ciudadanos ingleses que se conocen durante un viaje de vacaciones a la India - uno de esos paquetes turísticos que se compran via Internet - y cuando llegan al citado hotel Marygold se encuentran con que el asunto no era como le habían prometido: el hotel está lejos delo prometido. Pero más allá de eso se quedan y a varios de ellos transitan una serie de acontecimientos que les servirán para mirar la vida y vislumbrar una segunda oportunidad. Comedia simpática y con buenos momentos cuyo plus constituye sin duda el elenco protagónico. Sin ser una gran película, la van a pasar bien.