CIRCOS
“Los actores de circo y yo somos iguales porque
ambos amamos el arte por el arte mismo. ¿Querés un anónimo más grande que un
payaso de circo, que un trapecista, que un enanito? Ayer, un enanito me mostró
sus fotos y me advirtió: ‘Te tengo una más chiquita’, y sacó orgulloso la foto
de su hija, ‘enanita como yo’. ¿Querés algo más grande que el orgullo de ese
hombre que está contento simplemente porque va a hacer sonreír a alguien? Yo me
formé en esa corriente. Mis orígenes están en el radioteatro más popular. Soy
un hombre de radioteatro, pero nunca me pude despojar del hecho de que
trascendiera mi nombre. Aunque pasar por la vida haciendo reír a la gente y
vivir de eso sin quitarle las ganas de vivir a nadie es más importante que la
necesidad de descollar y de lucir que nos impone nuestra profesión y que además
nos seduce de esta profesión. Cuando yo llamo ‘mis iguales’ a los actores de
circo, lo digo con envidia. Me habría gustado ser uno de ellos, pero Dios me
colocó en otro lugar.”
Leonardo Favio (1938-2012)