viernes, 15 de marzo de 2013

ADORABLES PELICULAS 05

SANTO VS. LAS MUJERES VAMPIRO


Dirigida por: Alfonso Corona Blake. Guión: Rafael García Travesi y Alfonso Corona Blake. Producida por: Alberto López. Intérpretes: Santo (El Enmascarado de Plata), Lorena Velázquez (Thorina), María Duval (Diana Orlof), Jaime Fernández (Inspector Carlos), Augusto Benedico (Profesor Orlof). B/N. 89 min. México. 1962.

 

Fue allá por 1994 o 1995 cuando en la Heavy Rock & Pop (1990-1995) el inolvidable programa nocturno conducido por Norberto Ruso Verea (y en él quien esto escribe se inició en la crítica cinematográfica) concurrió Joey Ramone, frontman de The ramones, para una entrevista (que aun conservo en una gastada cinta de VHS). Una de las primeras cosas que pregunto el querible Joey a la producción del programa fue “¿Dónde puedo conseguir películas de El santo?”       

El líder de The ramones se refería al célebre luchador enmascarado, quien protagonizó una cincuentena de películas comprendidas entre 1958 y 1982. Rodolfo Guzmán Huerta (1917-1984), tal el nombre real del personaje, se inició como luchador de catch en su México natal a mediados de la década del treinta. En 1952 se comenzó a publicar una historieta que lo tenía como protagonista “Santo, el Enmascarado de Plata” - con la que adquirió relevancia popular - y a finales de la década del cincuenta el guionista, actor y deportista de lucha libre Fernando Osés lo tentó para incursionar en el mundo del cine, lo que hizo con Santo contra el cerebro del mal (Joselito Rodríguez, 1958) dando así inicio a una extensa saga cinematográfica que con el correr de los años contribuyó a convertirlo en un personaje de culto entre los cinéfilos, icono de la cultura popular y posteriormente en un símbolo nacional de México.          



Las temáticas de las películas protagonizadas por El Santo versaban invariablemente  acerca de la lucha de un intrépido luchador de catch contra el mal y la injusticia encarnados por aterradoras criaturas sobrenaturales, malhechores solitarios o pertenecientes al crimen organizado y/o científicos locos. Deudoras de un esquema y espíritu semejantes a las producciones de terror B estadounidenses, varias de ellas incursionan en el estilo de horror gótico, dotándolas de una marca indeleble que las caracterizará de manera inconfundible y que, entre otras cosas, en algunos países europeos han llevado a considerarlas exponentes de cierto cine surrealista mexicano, seguramente por la atmósfera exótica que conllevan antes que por las reales consideraciones que implica el cine surrealista. 

Las películas protagonizadas por El Santo constituyeron un enorme éxito de taquilla en México, lo que hizo que fueran exportadas a numerosos países y ganaran legiones de seguidores allende las fronteras mexicanas. Se tratan de filmes entrañables y queribles en los que sus eventuales errores e incorrecciones no alcanzan a opacar su atractivo para aquellos amantes del género de terror y el Fantástico.




Santo Vs. las Mujeres Vampiro (Alfonso Corona Blake, 1962) fue la séptima película de la serie y se inscribe entre las más renombradas dentro las protagonizadas por El Enmascarado de Plata. La historia trata acerca de una joven llamada Diana (María Duval) quien ha sido elegida, sin siquiera saberlo, para suceder a la reina de un grupo de mujeres vampiras; para ello debe ser secuestrada y será la vampira Tandra (la bella Ofelia Montesco quien entre otras películas trabajó bajo las ordenes de Luis Buñuel en El ángel exterminador, (1962) la encargada de llevar a cabo tal cometido. Pero el padre de Diana, el profesor Orlof (Augusto Benedico) está al tanto de esta inquietante situación y convocará a El santo para proteger a su hija.              

La película cuenta con una ambientación gótica y una atmosfera que remite a los clásicos de Universal de las décadas del treinta y cuarenta del siglo pasado. Son especialmente memorables aquellas escenas que dan principio y fin a la película, ambientadas en la cripta de las vampiras, como así también las risibles mutaciones de los monstruos. La dirección es correcta y, en efecto, la cinta está atravesada por cierto surrealismo, solo que deudor del cine B hollywoodense antes que a inasibles corrientes oníricas. Por supuesto, son inevitables las largas escenas dedicadas a los combates de El santo sobre el ring, que si bien no le aportan absolutamente nada a la historia, dotan de colorido a la cinta.         
 
Santo Vs. Las mujeres Vampiro constituye una entretenida y curiosa película en la que a pesar de sus fallas e improvisaciones, logra salir airosa y es por demás representativa del mejor cine popular latinoamericano de mediados del siglo XX. 3/5




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