SOBRE EL 8N
Todo muy bien con que “la gente” se movilice y
reclame. No a la corrupción, no a la inseguridad; creo que hasta mis tres gatos
estarían de acuerdo con eso, si pudiesen hablar. Pero aun no deja de sorprenderme
que la movilización del pasado jueves 8 de noviembre haya sido hegemonizada por
sectores sociales medios – altos, lo que necesariamente me lleva a preguntarme
si la clase media – baja no padece la inseguridad, la corrupción o los
controles cambiarios.
Bueno, mi tío diría que “los negros” piensan con el
estómago, por eso no se quejan, porque los arreglan con un subsidio. Y si lo
raspase un poquito más me aclararía (una vez lo hizo) que no importa que yo sea
negro de piel porque el “negro de mierda” es el “negro de alma”. Y para él yo
NO soy negro de alma. El cree que me hace sentir bien con esa aclaración pero
en realidad me hace sentir para la mierda porque me gustaría ser un negro de
alma. Quiero creer que lo soy pero no tengo las certezas que parecen sobrarle a mi tío.
Y así, sin querer, tío me da una lucida explicación de
la polarización que los sesudos analistas contreras no se atreven a poner en
papel.
Sugerencia para los medios opositores: contraten a mi
tío que, a diferencia de muchos de ustedes, es sincero y se banca lo que dice.
2
Pero no se trata de demonizar: no pocos de mis amigos
son por demás críticos del gobierno y se trata de buena gente ¿pero saben qué?:
ninguno de ellos marchó el 8N. Se trata de gente lúcida, no perokirchneristas, pero
– y hete aquí una aclaración importante – no son anti. Tienen sus razones para
no compartir cosas de la gestión (cuestionamientos atendibles) pero intuyo que
su molestia pasa mayormente por el denominado “estilo K”. Todo bien. El mundo
no es como uno quiere que sea sino como es y así hay que tomarlo. Pero también padecen
la falta de propuestas que inmoviliza a la oposición. He conversado/discutido
con varios de ellos y no hemos llegado a ninguna parte. La madre de sus
argumentos es la mentada falta de transparencia institucional. Yo no les dije
que ese me parece un argumento antipolítico (y no porque no me parezca importante
la transparencia institucional) porque
temí no ser comprendido.
Así que lo mejor, me parece, es no hablar de política con
los amigos que no piensan como uno. No hay problema. Se trata de personas buena
leche y por eso los seguiré queriendo como siempre lo hice: con el alma.
3
Un día me descubrí repitiendo, como un gil, que la
polarización política que vivimos es intensa, casi preocupante. Pero cuando me
detuve a pensar lo que repetía caí en la cuenta que siempre estuvimos
polarizados; solo que ahora lo reflejan los medios. Otra cuestión blanqueada.
4
No es correcto agredir a los periodistas por estar
haciendo su trabajo. No seamos TAN energúmenos. Y no busquemos justificar lo
injustificable. El “fueron a provocar” suena a “a la violaron pero ella se lo
buscó”. Paremos la mano.
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La verdad es que me tiene sin cuidado si el 8N
perjudicó al gobierno o fortaleció a la oposición. Es bueno que los distintos
sectores que componen la ciudadanía puedan manifestarse en un marco de
libertad, sin represión. No hubo provocación alguna por parte del gobierno y
los pocos incidentes que hubo los generaron aquellos manifestantes intolerantes
que, por ejemplo, agredieron a trabajadores de prensa o exhibieron pancartas
francamente agresivas pidiendo la muerte o el linchamiento de funcionarios del
gobierno.
Viendo esos carteles necrófilos no pude evitar
recordar que históricamente siempre fueron los sectores de clase media / alta los
que utilizaron la retorica escatológica (1), más allá de situarse a la izquierda
o la derecha del arco político; desde el Manifiesto de la Liga Patriótica Argentina
- organización ultraderechista creada en 1918 - que rezaba "contra los indiferentes, los
anormales, los envidiosos y haraganes; contra los inmorales, los agitadores sin
oficio y los energúmenos sin ideas”; pasando por los carteles que decían
“me ne frego”, utilizado por los “escuadristas” de los “fascios” italianos en
1921; el “viva el cáncer” con motivo de la muerte de Evita, o más acá en el
tiempo los insultos a las mujeres de Perón repetidos por los antiperonistas del
´55 y por muchos de sus hijos, ya izquierdistas en los 70.
Refiriéndose a esta cuestión, Jorge Abelardo Ramos escribió:
“el gesto, el estilo de acción, la retorica escatológica, el desprecio por las
ideas, el instinto de muerte, eran todo su programa”.
Espero que este no sea el caso.
(1) Jorge Abelardo Ramos, La era del peronismo 1943-1989, Buenos Aires, Ed. del Mar Dulce, 1988.
Esta todo dicho! aunque yo no soy de nadie! pero exelentes palabras! Besos NEGRO DE ALMA!!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Erica!!
ResponderEliminarGrande Fonzi... estoy pensando llevar a la próxima marcha una pancarta que rece: "Basta de censura familiar. SOY NEGRO DE ALMA"
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