martes, 12 de febrero de 2013

Tormented / Sangre en el faro



ADORABLES PELICULAS

Cuando se combinan un fin de semana largo con cierta - y a menudo postergada - inquietud por ordenar archivos, libros y revistas, se suele redescubrir material que en el momento de ser adquirido no se le prestó la debida atención.





Así fue como me reencontré con Tormented, o Sangre en el faro, una película estadounidense de 1960 dirigida por Bert I. Gordon, realizador vulgarmente conocido como “el maestro de los monstruos gigantes” y a quién la crítica cinematográfica, con o sin razón, jamás se lo tomó muy en serio.

Bert I. Gordon – quizás predestinado, como señala el escritor y crítico cinematográfico  Diego Curubeto, por sus iniciales, B.I.G. (grande) - fue un productor y director de la clase B que inició su carrera a mediados de los años 50 del pasado siglo XX y al que se lo recuerda por sus películas de ciencia ficción, caracterizadas por el protagonismo de hombres, mujeres y bestias de tamaños inverosímiles, ya fuese por lo grande o por lo minúsculo. Algunas de sus películas fueron muy populares en su momento, como The amazing colossal man (El coloso increíble, 1957), una querible película acerca de un hombre que se torna en un gigante irascible y que a partir de ese momento se dedica a destrozar las marquesinas de Las vegas. Otra de ellas, más acá en el tiempo, fue The food of the gods (La plaga asesina, 1976, también conocida como El alimento de los dioses) en la que un grupo de personas que arriban a una isla remota, con la intención de pasar un rato agradable, descubren horrorizadas que el lugar está habitado por animales - domésticos y no tanto – que devinieron en seres gigantescos merced a consumir un extraño alimento bautizado con el nombre que da el título al filme. Pero al parecer, en un momento de su carrera, Bert I. Gordon intentó abandonar el subgénero por el cual se hizo conocido y una de sus incursiones fuera del mismo fue la película que nos ocupa.


Tormented (Sangre en el faro, Bert I. Gordon, 1960) si bien no se aparta de los elementos extraños/bizarros que caracterizaron su filmografía, consiste en una historia sobrenatural; lo que vulgarmente llamaríamos “una de fantasmas”, envuelta en una trama policial.
 
Protagonizada por versátil Richard Carlston - actor que encarnó a varios personajes de memorables producciones del género B -, la historia trata de un músico de jazz que se traslada a vivir  a un pueblito costero junto a su joven novia, con la que está a punto de contraer matrimonio. Días después, el enamorado recibe la imprevista visita de una ex novia despechada que amenaza con malograr su casamiento recurriendo a cuanta maniobra tenga a mano para lograr su cometido. En plena discusión, la mujer sufre un accidente y pierde la vida. Luego del consiguiente shock, el protagonista finalmente respira aliviado pues cree que se sacó un buen problema de encima. Pero a partir de ese momento el fantasma de la fallecida regresará de la tumba para arruinarle la vida ¿o acaso todo está en la cabeza de este hombre, asaltado por el remordimiento?






La película parte de una premisa de corte policial y cuenta con un guión correctamente construido, tanto desde las situaciones como desde los personajes, y si bien Bert I. Gordon demuestra ser un director con oficio, sus limitaciones quedan a la vista durante el desarrollo del filme; en primer lugar, la narración carece de la fluidez narrativa necesaria, deficiencia que las efectivas interpretaciones del elenco contribuyen a atenuar; por otra parte, la ausencia de la atmósfera necesaria para crear la imprescindible tensión en el espectador, brilla por su ausencia. Quiero ser claro: la película tiene sus logrados momentos de terror (a ese respecto es notable la escena que transcurre en la iglesia) pero la tensión pasa más por el carácter policial de la historia que por la trama de horror propiamente dicha. Y a modo ilustrativo de lo que quiero decir, no puedo evitar recordar la inquietante atmosfera, creada a partir de elementos mínimos, que puede apreciarse en The Haunting (La casa embrujada, Robert Wise, 1963), por referenciar una película prototípica del subgénero.              


Respecto a las actuaciones, uno de los papeles secundarios que no pasa inadvertido es el del actor Joe Turkel, quien encarna a un cínico personaje cuyo controvertido accionar desencadena el desenlace de la trama. Turkel bien podría ser calificado como un actor de culto y fue uno de los pocos, si no el único, que trabajó en al menos tres ocasiones bajo la dirección de Stanley Kubrick; en The Killing (Los asesinos, 1956); Paths of glory (Senderos de gloria, 1957) y The shining (El resplandor, 1980). A su vez Susan Gordon, quien interpreta a la hermana menor de la novia del protagonista, merece una mención especial; la por entonces pequeña actriz se mueve con solvencia en medio de una historia inquietante y está a la altura del fundamental rol que ocupa en la historia.


Pero no obstante lo dicho, la historia consigue atrapar al espectador y en las escenas de carácter sobrenatural apela a variados efectos especiales, algunos logrados y otros francamente risibles. En cuanto a su desenlace, que por supuesto no contaremos aquí, solo diré que constituye toda una sorpresa que por cierto no defrauda. El balance final arroja una película que consigue hacerse querible y hasta inolvidable, a pesar de ser sumamente despareja.    
 
Lejos de ser una obra maestra, se trata de una película digna y entretenida. Y se me ocurre que ante la falta de ideas y la voracidad económica que por estos tiempos exhiben los grandes estudios hollywoodenses, Tormented sería una excelente elección para realizar una remake. 3/5.





6 comentarios:

  1. La he podido ver /descubrir también hace muy poco, tal vez por no esperar demasiado (más bien poco) me llevé una agradable sorpresa. Y es que la historia está bien y hay escenas logradas. Algunas actuaciones y el ritmo le quitan un poco de gravedad a todo el asunto pero igualmente es esperable en este tipo de producciones. Como has destacado, la niña está excelente! Y el final es muy bueno para mi gusto.

    Saludos y buenísimo que comentes este tipo de películas poco conocidas...

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  2. Gracias, querido. Seguiré comentando joyas de este tipo. Abrazo.

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  3. Hola. Negro. he leído tus resenas sobre las películas de la Universal y casi me arrancás un lagrimón ante tanta bizarrez que alimento nuestra adrenalina adolescente allá en los 60'y 70'con el Cine de Super Acción, ciclo que fue como una escuela de cine, como dijo Curibeto alguna vez, para muchos de nosotros interesados en el cine, pues veías una de john Ford, una de Fritz Lang, una de Corman, una Kubrik y una Gordon, todas al precio de una bolsa de pochoclo, y una tarde sabatina de lluvia! Excelentes como siempre los comentarios. Y en lo personal, cuando leo las fuentes de los datos, se me pinta una imagen de esa biblioteca tuya que tantas veces recorrí y de la cual, gracias a vos, tanto aprendí. Nos vemos pronto. Un abrazo, Pulpo.
    PD. Estaría buenísima una resena Val Lewton, como una continuidad del cine de terror de la Universal, pero ahora la RKO tomando la antorcha. Como dato curioso, Lewton era asesor literario de Selnick, el productor de Lo que el tiempo se llevó, y en ese momento con una productora propia, aunque sin estudios propios. Cuando Selnick le preguntó a Lewton que opinaba del best seller de Mitchell, le diojo que era una basura, un melodrama infumable. Selnick, que ya había ido por todos lados diciendo maravillas del libro, lo desterró a la oficina de la RKO en Chigago, "a préstamo" para la Unidad de producción de clase B. Lo de más ya es historia......

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    1. Gracias, querido. Tomo las sugerencias que, viniendo de vos, como siempre son valiosas. Y no seas tan modesto; yo aprendí mucho más de vos acerca de este cine que nos fascina. Abrazo grande.

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  4. La vi de niño y puedo decir que ninguna pocas películas me han aterrorizado tanto, y eso que ya de entonces y sin ser un fanático, frecuentaba bastante ese tipo de cine. Una cabeza de mujer en un florero que grita que dirá a todos "que me asesinaste", que es envuelta y luego al ser inadvertidamente desempacada cae bruscamente como un ramillete de flores, no es algo que se olvida fácil. Un detalle: Blade Runner ni es de Kubrick, es de cuando Alan Parker dirigía películas.

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  5. Perdón quise decir Ridley Scott, no Alan Parker

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